viernes, 1 de julio de 2011

INCIDENTE EN MOUNT WHITNEY

Fue una de sus últimas apariciones en la gran pantalla antes de consolidarse como actriz de televisión en las décadas venideras.
La enorme alegría de reencontrarla tan activa y divertida treinta años más tarde en "Hannah and her sisters", pero ya mayor, no pudo evitar hacer reaperecer en alguno de nosotros la nostalgia por la ausencia tantos años de Maureen O'Sullivan.
La imaginación voló de nuevo a 1957 recordando su interpretación en "The tall T" y no es difícil que se haya convertido en algo recurrente cada cierto tiempo.
Es lógico, porque pocas veces una actriz ha dado tanto en una película.
Una película que se suele considerar una más de los westerns finales de Budd Boetticher, siempre fuera del grupo de grandes obras que estaban coronando y "subiendo de categoría" al antiguo cine de vaqueros desde hacía unos años, poco distinguida de entre sus compañeras de viaje con las que integra una quizá mal llamada serie - cada una vale individualmente sin tener que apoyarse en las otras, abarcan distintos temas a veces muy diversos, son estilísticamente heterogéneas, las hay muy tristes y también sumamente cómicas... - y que para mí al menos es un monumento, el mejor film de cuantos hizo su director y uno de los cinco o seis mejores westerns de todos los tiempos.
Maureen, sobra la referencia, no era novata en escenarios salvajes, inexplorados o remotos, pero lo cierto es que desde alguna lejana experiencia a principios de los 30, no nabía vuelto a acercarse por las tierras en conquista hacia el oeste.
Está este territorio en teoría tan masculino, peligroso las más de las veces, incómodo siempre, repleto de apariciones de actrices inesperadas o poco habituales,  nada adaptadas ni camufladas entre hombres, rutilantes o resistentes, sin las que hubiese sido muy distinto, mucho más previsible y desde luego, menos interesante.
Marilyn Monroe con Preminger, Sophia Loren con CukorBarbara Stanwyck con Dwan y FullerJoan Collins con KingMaria Schell con Delmer Daves, Virginia Mayo o Dorothy Malone con Walsh, Joan Crawford con RayJulie London con Mann, Marlene Dietrich con Lang, Hedy Lamarr con Farrow, Linda Darnell con FordAnne Baxter con Wellman, Lee Remick con Fleischer, Jennifer Jones con Vidor, Joanne Dru con Hawks,  Rita Hayworth con RossenVeronica Lake con De Toth, Isabelle Huppert con Cimino, Katharine Hepburn con Kazan...
Sus papeles, en su día o años más tarde, habían sorprendido, despertado admiración, vencido a un buen número de bajas expectativas (incluso polémicas), ampliado los registros interpretativos que se tenían asociados a cada una estas actrices y resultado siempre llamativas sus apariciones a pesar de la escasa o nula experiencia que tenían en el género, su quizá a priori "cast against type" e independientemente de la buena o mala vivencia y recuerdo que tuvieron al participar en ellas.
En el caso de Maureen O'Sullivan, no hace falta que llegue sino el primer plano en que aparece para que sintamos que nunca hubo una actiz más adecuada para un film, que cada gesto, cada señal del paso del tiempo en su rostro, cada palabra que dice encierra un personaje compuesto como muy pocas veces una actriz haya logrado.
Esos límites que sólo las muy grandes  (alguna de las ya mencionadas y Deborah Kerr, Ingrid Bergman, Setsuko HaraJanet Gaynor, Madhabi Mukherjee, Gene Tierney, Joan Fontaine, Hideko Takamine, Maureen O'Hara, Judy Garland, Bibi Andersson, Paulette Goddard...) o las que debieron haberlo sido  y tuvieron menos oportunidades o sólo alguna vez las circunstancias ideales para lucir (Simone GenevoisMary Duncan, Conchita MontenegroAndrea Leeds, Nina Pens Rode, Chiba Sachiko, Paula Prentiss, Carol DempsterAnn Sheridan, Pier Angeli...) lograron sobrepasar.
Le favorece al físico menudo de Maureen el formato cuadrado o agrandado a 1,85:1 como luego se exhibió la película; a su belleza, el color; a su estilo contenido, el perfil de su partenaire, Randolph Scott - nada dominante, que siempre escucha, piensa y prefiere no decir nada antes que divagar o actuar impulsivamente -; a su madurez, la progresiva depuración de elementos y arquetipos que concedía amplio espacio y tiempo al trabajo de los actores sin apresurarlos; a sus movimientos, el ritmo, sin prisa pero sin pausa, de callado tránsito diurno mientras se piensa o se pone en marcha lo conversado nocturnamente, quizá con quien ya no está o con uno mismo y en general todo lo que poco a poco Boetticher había ido incorporando a su cine hasta encontrar en esta segunda mitad de los 50, como tantos otros en todas partes, la horma de su zapato.
La película, tan hermosa visualmente como las filmadas en Scope, "Ride lonesome" y "Comanche Station", que serán más secas y abstractas y también más dependientes de la resolución para adquirir todo su sentido, "The tall T" podría cerrarse en cualquier momento de su metraje, inconclusa y desequilibrada y habría sin embargo finalizado cada estrofa de su estructura con su precisa rima. 
Boetticher se aplica en detallar el encuentro casual de la rica heredera y el aventurero tan discretamente que en algunos momentos pareciera que no hay peligro, ni urgencias, sólo un cineasta tratando de aprehender lo que surge entre dos personas de vuelta de casi todo y dirigiéndose a destinos vitales opuestos, pero que aún conservan la capacidad para reconocer en el otro lo auténtico.

10 comentarios:

Mario Vitale dijo...

Ah, Maureen... Sí, coincido contigo, Jesús. Poco que añadir. Es mi protagonista favorita femenina de Boetticher, junto a Gail Russell en SEVEN MEN FROM NOW. Su nobleza, serenidad y lealtad tienen su adecuada prolongación en una belleza llena de gestos, miradas. Y las dos, qué curioso, trabajaron con Borzage.

Jesús Cortés dijo...

También Barbara Hale en "Seminole", Julie Adams y Karen Steele un par de veces o tres cada una y hasta la otra Maureen, O'Hara en esa "Teh magnificent matador". Era muy buen director de actrices en papeles difíciles, con pasados o presentes turbios, lacónicos.
Y desde luego Borzage hizo maravillas con actores en decadencia, poco conocidos o de segunda fila desde después de la guerra y hasta el final de su carrera.

Anónimo dijo...

De los westerns de Boetticher mi favorito es seguramente RIDE LONESOME, también muy seca, muy desértica, quizá por el scope.
La que siempre he querido ver (por sus buenas referencias, no por la temática) pero siempre me ha evitado es BULLFIGHTER AND THE LADY.
Ángel

Jesús Cortés dijo...

A mí me gustan ligeramente más esta y "Comanche Station". "Decision at sundown" vendría después probablemente junto a "7 men from now".
Y en general, de Boetticher ese es el orden para mí si incluyo "The killer is loose" en el cuarto puesto.
"Bullfighter and the lady" la ví hace demasiado para recordarla bien. Mi memoria me dice que tenía cosas estupendas, aunque no he visto la versión de más de dos horas, sino la de 80 minutos.

Anónimo dijo...

La primera vez que la ví debía de tener doce años y aunque ahora me doy cuenta de que las condiciones eran penosas (la ví en televisión, en blanco y negro, recortada por los lados, con interrupciones publicitarias y, por supuesto, doblada) la impresión que me causó fue enorme: lo que se presentaba como un western agradable y entretenido, de pronto se volvía turbio y desasosegante y la sensación que me quedó a su término (y que perduraría en mi recuerdo durante años hasta que la pude volver a ver en una sala y en versión original) fue la de asombro, asombro por su amargura y su lucidez.
Hoy, tras haberla visto varias veces, su violencia me sorprende menos (y por ello me duele menos) y me fijo más en la historia de amor que se va tejiendo apenas sin remarcarse entre esta pareja insólitamente tan madura. Y honrada y, en buena medida, inocente. De verdad que me alegro de que al final las cosas les vayan a ir, por fin, bien.
Rodrigo Dueñas

Anónimo dijo...

Suerte los que lo tenéis claro. Yo oscilo constantemente entre "Ride L", "Comanche S" y "The Tall T", que además de M.O'S. tiene en Richard Boone un villano verdaderamente complejo e interesante, más próximo, en el fondo, a Randolph Scott que a sus adláteres. Creo que depende de cuál es la última que he vuelto a ver. Y conste que "Decision at Sundown" y la divertidísima y despiadada "Buchanan Rides Alone" no me parecen nada desdeñables, las prefiero incluso a "Seven Men from Now" (que es magnífica, pero la creo sobrevalorada, sobre todo por los que creen, tardíamente, que es lo único interesante que hizo Boetticher). Y sí, "The Killer Is Loose" sería la cuarta del total, muy por encima de la otra famosa, "The Rise and Fall of Legs Diamond".
Miguel Marías

Anónimo dijo...

Hola. Nadie menciona Westbound, que es la única que me falta ver de las que Boetticher hizo con Scott. ¿Es la más floja de todas?

Jesús Cortés dijo...

Yo tendría que volver a verla pero mi recuerdo es de un guión flojo y una realización extrañamente carente de misterio ni tensión.

Anónimo dijo...

"Westbound" es menos buena que las otras, pero no demasiado; desde luego, vale absolutamente la pena verla y no merece la mala fama que tiene. Es un western Warner de serie, lo que aún en 1959 no estaba nada mal, y Scott está excelente. Su punto débil es el más flojo villano de la falsa serie Boetticher-Scott, Andrew Duggan.
Miguel Marías

Anónimo dijo...

No he visto Westbound, pero recuerdo que Belmondo y Seberg entran al cine a no verla en "Sin aliento". No sé si el diálogo "poético" que se escucha doblado al francés proviene en verdad de la película, y tampoco si Godard la eligió porque le gustaba o si justo pasaba en algún cine parisino en el momento de la filmación (lo que no se contrapone a que, en principio, le gustara).